• agosto 12, 2013
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Operación Leyenda. Caro Quintero, Fonseca, Verdugo y la muerte de Camarena

caroLindero Norte
Antonio Heras / Jorge Heras
El doctor ha visto al paciente…’.
Esa frase se escuchó alrededor de la una de la tarde del 7 de febrero de 1985 en el radio de intercomunicación utilizada por los integrantes del Cartel de Guadalajara.
A dos cuadras del Consulado Americano en la capital de Jalisco, Ernesto Fonseca, Don Neto, aguardaba en un carro junto con su jefe de seguridad Ramón Lira y dos hombres identificados como Tatanio y Andréas Tousseau. Así se enteraron que el agente especial de la DEA Enrique Camarena Salazar había sido secuestrado al salir de la representación diplomática.
En el “levantón” de Camarena participó un comando armado con rifles AK-47 y granadas integrado por Samuel Ramírez Razo, René López Romero y Torres Lepe.
Fonseca se dirigió a una casa de la calle Hidalgo y después se trasladó a la casa de Lope de Vega donde había mucha gente armada, de acuerdo a la declaración ministerial de Ramón Lira durante el proceso penal de Rubén Zuno Arce en Estados Unidos.
Al llegar, un hombre de seguridad le dijo a Lira que Camarena ya estaba en una de las habitaciones y que Miguel Ángel Félix Gallardo y otros tres individuos habían ido a levantar al piloto Zavala Avelar.
Un poco más tarde, el contingente llegó con el piloto, cuya cabeza estaba cubierta con una chamarra verde del ejército y con las manos atadas detrás de su espalda, para ser conducido por el patio de la casa al cuarto donde estaba Camarena.
En ese cuarto, estaban Eliseo Vásquez de apoyo, El Beto detenía a Camarena del cabello, mientras que El Italiano operaba una grabadora.
A Camarena le preguntaron acerca del decomiso del rancho El Búfalo, sobre lo que sabía del General Arévalo Gardoqui y de políticos mexicanos, entre ellos de Bartlett, según un documento de la Corte Federal de Estados Unidos.
En dos ocasiones, Lira miró a Rubén Zuno Arce entrar al cuarto y cerrar la puerta, también dijo haber visto que Manuel Bartlett Díaz y Enrique Álvarez del Castiilo abrieron la puerta del cuarto para escuchar el interrogatorio.
En otro momento, Lira observó al doctor Humberto Álvarez Machain entrar al cuarto y salir un poco más tarde para hablar con Fonseca y luego ambos se acercaron a Caro Quintero. Escuchó a Fonseca decirle a Caro Quintero que Álvarez Machain le había reportado que Camarena estaba muy mal y que la respuesta fue que no le importaba porque la persona que se cruzara con él lo pagaría.
El testigo declaró ante el juez que en el transcurso de esa noche, miró en una de las salas principales de la residencia a Ernesto Fonseca, Caro Quintero, Manuel Bartlett Díaz, Rubén Zuno Arce, Pablo Alemán Díaz, Álvarez del Castillo, Juan Arévalo Gardoqui, General Vinicio Santoyo, Manuel Ibarra, Miguel Aldana, José Zorrilla Pérez, Juan Matta Ballesteros, José Contreras Subías, Sergio Espino Verdín, Juan Esparragoza, Miguel Félix Gallardo, Manuel Salcido y Sergio Salcido.
Ramírez Razo y Lira fueron a recoger una ambulancia que pertenecía a ÁIvarez Machain, un regalo de Fonseca, que la estacionaron afuera de la casa y luego regresó a casa de Álvarez Machain.
Antes de las 4 de la madrugada Fonseca se dirigió a su casa de la calle Hidalgo para dormir. Una hora más tarde, salió de su habitación muy enojado al enterarse de una conversación de Caro Quintero con los políticos donde le espetaron que todo estaba arruinado.
A la casa de Lope de Vega, alrededor de las 11 de la mañana del 8 de febrero, regresaron Fonseca, Ramírez Razo, René López Romero, Ramiro Pérez Arellano, Antonio Durán, Florencio Flores, Andrés Tousseau, Bemabé Ramírez, Manolo Rico Asunción Serratos.
En la habitación donde se encontraban Camarena y Zavala discutieron a gritos Fonseca y Caro Quintero, mientras en la sala esperaban Javier Barba y Abelardo Hernández y en la calle había cerca de 60 guaruras.
Fonseca y su grupo salieron hacia la casa de la calle Hidalgo.
Era obvio, Camarena estaba muerto.
El piloto, también.
camarenaMexicalense
Nacido en Mexicali el 26 de julio de 1947, producto del matrimonio de Daniel Camarena y Dora Salazar, su nombre permitió forjar a Estados Unidos la operación “Leyenda” que trajo consigo la detención de los líderes del Cartel de Guadalajara.
Hasta su muerte registrada en la madrugada del 8 de febrero de 1985, Enrique Camarena Salazar fue uno de los agentes especiales de la DEA adscritos al consulado de Estados Unidos en Jalisco, donde incluso llegó a convivir con los hombres que conformaron las rutas del narcotráfico en México hacia el norte del continente.
En el entramado de la tortura y asesinato de Camarena y del piloto Zavala Avelar se entreveran historias de políticos y funcionarios mexicanos, de acuerdo a versiones de guardaespaldas -entre ellos policías- que se convirtieron en testigos del gobierno estadunidense.
En las Cortes de Estados Unidos se mencionaron los nombres de los generales Arévalo Gardoqui, García Paniagua y Santoyo, de los jefes policíacos Miguel Aldana, Manuel Ibarra, Reyes Pavón y Zorrilla Pérez, así como de Manuel Bartlett, Álvarez del Castillo, Rubén Zuno y Álvarez Machain.
Aunque en su momento ha sido negado por los involucrados, su veracidad está ligada al sistema de justicia de Estados Unidos.
Todos ellos en connivencia con el crimen organizado y unidos a Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca, Rafael Caro Quintero, José Contreras Zubías, entre otros, de acuerdo a testimonios ministeriales de quienes presenciaron reuniones previas a los asesinatos de Kiki Camarena y Zavala.
A mediados de 1984, esta organización inició una serie de acciones en contra de agentes e informantes de la DEA para conocer los alcances de información sobre la membresía y operaciones del narcotráfico en México: el 30 de septiembre fue baleado un informante confidencial contratado por la dependencia norteamericana en Guadalajara, el 10 de octubre ametrallaron un automóvil asignado a un agente, el 30 de enero de 1985 fueron ejecutados lo agentes Walker y Radelet y el 7 de febrero se registró el levantón del agente Camarena y el piloto Zavala.
La estela de actos violentos, de acuerdo a tres testigos presentados por el gobierno de Estados Unidos y que formaron parte del Cartel de Guadalajara, se originó por la detección y aseguramiento de un plantío de droga en el rancho Búfalo de Chihuahua.
Varios son los procesos que se iniciaron tras la muerte de Kiki Camarena, en California y Washington D.C., donde acudieron testigos para incriminar a Rubén Zuno Arce, Juan Matta Ballesteros y René Verdugo, entre otros.
 
Camarena: el blanco
Uno de estos testigos es Ramón Lira, agente de la Policía Estatal de Jalisco que trabajó en la seguridad de Ernesto Fonseca.
Su primer trabajo fue en una boda celebrada en noviembre de 1983 donde identificó a Álvarez del Castillo, Zuno Arce, Caro Quintero, Javier Barba, Manuel Salcido, Humberto Álvarez Machain, Juan Matta Ballesteros, José Contreras Zubías y los hermanos Tierra Libre, incluyendo a Javier Vásquez Velasco.
Lira se encargó de seguridad para Fonseca durante de una serie de juntas, una de las cuales se sostuvo en 1984 en la residencia ‘Las Fuentes’ de Fonseca y en la cual participaron ÁIvarez del Castillo, Zuno Arce y Pablo Alemán Ruiz.
Dos días después hubo otra junta en la residencia de Fonseca, donde estuvieron presentes Álvarez del Castillo, Zuno, Pablo Alemán, Álvarez Machain, Manuel Salcido, Sergio Salcido, Javier Barba, Caro Quintero y Abelardo Hernández.
En enero de 1985, el testigo fue con Fonseca y Ramírez Razo a la casa de Caro Quintero para reunirse con Manuel Bartlett, Arévalo Gardoqui, Enrique ÁIvarez del Castillo, Miguel Ibarra, Manuel Aldana, Dionisio Santoyo y Rubén Zuno.
En esa ocasión, trasladó a varias personas que supuestamente trabajaban para Bartlett a una casa a la que luego llegaron Fonseca, Bartlett, ÁIvarez del Castillo, Arévalo Gardoqui y Caro Quintero para reunirse en la biblioteca por más de dos horas a donde se les llevó cigarrillos con cocaína.
Lira escuchó a Caro Quintero preguntar cómo se iban a resolver los problemas del decomiso en El Búfalo y el caso de Camarena, a quien señalaban como culpable, y si en su caso apoyarían las acciones que emprendieran.
Una junta más ocurrió días antes del secuestro de Camarena. Fue en casa de Rafael Caro Quintero en Zapopan donde acudieron “Santoyo, Gardoqui, Álvarez del Castillo, Bartlett Díaz, Zuno Arce, Manuel Salcido, Sergio Salcido, Miguel Ángel Félix Gallardo, Ramón Matta Ballesteros, Javier Barba Hernández, Abelardo Hernández, Caro Quintero y Ernesto Fonseca”. La fiesta duró hasta las cinco de la madrugada pues pidieron que lo amenizara un grupo musical.
La declaración de Lira indica que el 6 de febrero de 1985 acompañó a Ramírez Razo a la residencia de Lope de Vega donde estaba Zuno Arce.
Aproximadamente a las 10 horas del 7 de febrero, acompañó a Ernesto Fonseca, Tatanio y Andréas Tousseau a esa misma casa. En el camino, Fonseca le dijo a Lira que Camarena iba ser levantado ese día y le preguntó si lo conocía. Lira negó.
Esta declaración de Lira refleja que Samuel Ramírez Razo, René López Romero, Gerardo Torres Lope, Juan José Bernabé Ramírez, Asunción Serratos, Guadalupe Hernández, El Mike, Ezequiel Godínez y El Beto también fueron a la residencia. Una vez allí, Fonseca bajó del auto y habló con Rafael Caro Quintero afuera de la casa principal.
Permanecieron allí poco menos de dos horas y media y la conversación fue obre Camarena. Aproximadamente a las 12:30 de la tarde, Lira y otros se fueron de la casa y viajaron en la dirección general del Consulado Americano para montar un segundo filtro por si el comando designado no lograba secuestrar al agente de la DEA.
don_neto Suerte echada
Varias fueron las reuniones que se celebraron en 1984 para determinar la estrategia de blindaje del trasiego de drogas en los territorios controlados por el Cartel de Guadalajara, sobre todo con las acciones encubiertas de la DEA en México.
La suerte de Camarena y del piloto Zavala ya estaba echada desde septiembre de ese año.
Durante el proceso de Zuno en 1992 (Zuno, 12/7:4.), Jorge Godoy López, escolta de Ernesto Fonseca en 1984 y 1985, testimonió que en el Hotel de Las Américas se reunieron en octubre de 1984 “Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca, Paco Tejeda, José Contreras Subías, Miguel Flores Medina, Amado Beltrán, Samuel Ramírez Razo, Miguel Ángel Félix Gallardo, Manuel Salcido Uzueta, Javier Barba Hernández, ‘El Negro’, Eliseo Vásquez Velasco, Antonio Vásquez Velasco, René López Romero, Juan José Fonseca Uribe, Antonio Campos, ‘El Güerón’, Ramiro Pérez Arellano, General Gardoqui, Jorge Garma, Rubén Zuno Arce, ÁIvarez del Castillo, Miguel Aldana, Enrique Álvarez del Castillo, Benjamín Ochoa, Manuel Barlett Díaz, Sergio Espino Verdín, Gabriel González González, Edgar Levy, Armando Cuéllar, Jorge Larios, General Santoyo y Carlos Aceves”.
Godoy dio a conocer los detalles de la junta.
Fonseca y Caro Quintero preguntaron a Miguel Aldana “qué estaba pasando con la DEA”, las razones por las que estaban perdiendo tantas siembras, por qué le estaban dando todo ese dinero y si ya había hablado con la persona de la DEA.
Aldana respondió que sí lo había hecho pero que no quería aceptar el trato y no quería ningún trato con narcotraficantes, entonces Zuno Arce dijo que si el agente de la DEA no quería aceptar ni tratar entonces era tiempo de ‘dejarlo caer’.
Según el testigo, Bartlett Díaz dijo que una solución debía hacerse porque él sería afectado políticamente, Álvarez del Castillo señaló que la solución debía ser rápida porque de otra manera se iba descubrir todo el apoyo que les daba y el general Gardoqui comentó: ‘Yo no puedo hacer nada. Yo tengo que hacer mi trabajo’ de seguir destruyendo siembras porque estaba muy presionado por los Estados Unidos y la gente de la DEA.
Bartíett Díaz respondió: ‘la solución debe ser rápida porque van a descubrir que he estado firmando credenciales de Asuntos Internos que traen con ellos y esto afectaría mi candidatura para el gobierno de México’.
Godoy también testificó sobre una segunda junta dos semanas después en la residencia de Fonseca en la Calle Mar, denominada por el gobierno de Estados Unidos como la del AK-47, en la que estuvieron presentes “Rafael Caro Quintero, Javier Barba, Samuel Ramírez Razo, ‘El Güerón’, ‘El Ingeniero’, Ernesto Pillado, Juan Bernabé, Rene López, Guadalupe López Hernández, ‘El Petunia’, Álvarez del Castillo, Rubén Zuno Arce, Carlos Fernández, Gabriel González González, María Carlos Ochoa, Francisco Ramos Ramos, Edgar Gallardo, Armando Pavón López, Jorge Larios Valencia.
caro quinteroCaro Quintero le preguntó a Álvarez del Castillo si ya tenían toda la información acerca de la DEA, quien contestó: ‘ya tengo a mi gente trabajando’. La respuesta lo enojó y dijo: ‘dame toda la información de esta gente, pronto, para que yo pueda resolver este problema con esta gente de la DEA’. Entonces Zuno intercaló: ‘Cálmate Rafael. ¿Que no ves que el Gobernador ya nos está consiguiendo toda la información? Esta operación debe hacerse bien, calmadamente, y debe planearse bien para que todo salga bien’.
En la junta, Fongeca pidió a Ramírez Razo un regalo que tenían para el Gobernador. Entonces le entregó a Álvarez del Castillo una metralleta AK-47, chapeada de oro.
Caro Quintero advirtió: ‘Yo no quiero hacerme famoso. Esta va a ser una pelea muy difícil y prefiero que ustedes se hagan los famosos porque yo estoy bajo mucha presión’.
Godoy López dijo que otra junta se efectuó a fines de octubre en La Quinta, en Tonalá, en una casa de Javier Barba, en la “estaban presentes Manuel Bartlett, Rubén Zuno, ÁIvarez del Castillo, Sergio Espino Verdín, Miguel Aldana, Caro Quintero, Ernesto Fonseca, Ramírez Razo, Javier Vásquez Velasco, Ramiro Pérez Arellano, René López Romero, José Guadalupe Valencia, Jorge Fonseca Uribe, ‘El Güerón’, Roberto Zepeda, Juan José Bernabé Ramírez, ‘El Primo’, Antonio Vásquez Velasco, y ‘El Freelancer’.
Cuando Godoy entró en la sala, escuchó a personas alegando acerca de lo que había pasado con la gente de la DEA. Caro Quintero le decía a Aldana: ‘¿Qué está pasando con ese verga de la DEA? ¿Por qué no ha conseguido toda la información?
En ese momento, Zuno dijo: ‘Ese pinche gringo ¿Qué está haciendo aquí en México? No es su pinche país. Tenemos que levantarlo’, al tiempo que Álvarez del Castillo también demandaba una solución rápida.
Según Godoy todos estaban tomando y fumando cigarrillos con base de cocaína y agregó que a principios de diciembre, en una de casa de Loma Bonita, “Fonseca y Ramírez Razo se juntaron de nuevo con Álvarez del Castillo, Caro Quintero, Zuno Arce, Miguel Aldana, Manuel Salcido y Juan Gilberto Hernández Parra”. Después de una discusión airada, hablaron de levantar a gente de la DEA.
Durante el proceso penal de Matta Ballesteros, en 1990, Enrique Plascencia Aguilar –militar antes de ser guardaespaldas de Antonio Garate Bustamante testificó que asistió a una junta en la casa de Fonseca, conocida como La Bajadita en diciembre de 1984, en la que estaban su jefe, “Ramírez Razo, Juan Gilberto Hernández, Jorge Salazar, Abelardo Hernández, Caro Quintero, Javier Quezada, Antonio Vásquez Velasco, Ezequiel Cervantes, Javier Vásquez Velasco, Eliseo Vásquez Velasco, Javier Barba Hemández y Jorge Barba Hernández”.
Fonseca mostró una foto donde aparecían juntos Camarena y Antonio Padilla y le comentó a Gárate: ‘La clase de amigos que tienes’ y le pidió matar a Padilla. Luego le comentó que él o ellos se encargarían del licenciado Camarena. Garate respondió a Fonseca que no podía matar a Padilla porque era gente del Cochiloco” (Manuel Salcido).
Durante ese proceso apareció otro testigo. Héctor Cervantes Santos dijo haber trabajado para Javier Barba en Guadalajara a principios de diciembre de 1982, como jefe de seguridad en su residencia.
Al bautismo del hijo de su jefe, en septiembre de 1984, asistieron “Javier García Paniagua, Rubén Zuno Arce, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca, Jorge Barba, Marcelino García Paniagua, Manuel Salcido y David Macías”.
Después del acto eclesiástico, hubo una junta en la sala de la residencia con “Zuno Arce, Javier García Paniagua, Marcelino García Paniagua, Javier Barba y Manuel Salcido” donde hubo una discusión acerca del agente de la DEA que les estaba causando problemas. Según Cervantes, Zuno dijo: ‘El agente debe ser levantado’.
Antes de la boda del hermano de Javier Barba, en octubre de 1984, se registró una segunda junta en La Quinta. Cervantes dijo que recogió a Matta Ballesteros y un acompañante en la camioneta de Fonseca para encontrarse en La Quinta con Miguel Aldana, Manuel Ibarra, Javier Barba y Eliseo Vásquez.
Aldana le dijo a Matta que pronto sabría la identidad de la persona que estaba causando problemas y que era el agente de la DEA. Después de la boda y para tratar el mismo tema se reunieron Zuno, Javier García Paniagua, Marcelino García Paniagua, Miguel Aldana, Manuel Ibarra, Juan Matta, Manuel Salcido, Pavón Reyes, Caro Quintero, Fonseca y Hernández Parra.
Caro Quintero les dijo que quería encontrarse cara a cara con el agente y Zuno que lo debían levantar en cuanto lo identificaran.
Cervantes también testificó sobre una junta que se efectuó en febrero de 1985 en La Quinta, días antes del secuestro de Camarena. En ese lugar estaban Zuno, Rafael Caro, Fonseca, Ramírez Razo y Javier Barba y, según el testigo, Caro Quintero dijo que debían levantar al agente de la DEA y descubrir qué tanto sabía.
Los tres testigos coincidieron en declarar, por separado y en dos juicios diferentes, que se registraron tres juntas más para discutir el secuestro de Camarena.
Godoy testificó además sobre otras juntas que ocurrieron después del secuestro de Camarena, en marzo de 1985, en la casa de Fonseca en Loma Bonita donde se reunió con Armando Cuellar, Jorge Larios, Hernández Parra y Vásquez Velasco para discutir la manera de deshacerse de los cuerpos de los agentes de la DEA fuera de Jalisco.
En otra Fonseca se reunió con Zuno, ÁIvarez del Castillo, Garma, Santoyo, Barba, Hemández, Abelardo Hemández, Rarnírez Razo, Aldana, Antonio Bejos Carnacho, Córdova y Sepulveda así como el Procurador de Justicia Larios, y Cuéllar. El tema fue el mismo: deshacerse de los cadáveres.
En esa junta, el testigo Lira escuchó a Álvarez del CastiIIo decir que quería que sacaran los cadáveres de Jalisco para desviar la atención de los investigadores hacia otro lado. Santoyo dijo que el ejército se había unido a la búsqueda de los cuerpos de Camarena y Zavala Avelar pero que ellos realmente no querían encontrarlos y que el ejército estaba preparado para prestar una escolta para el traslado de los cadáveres y evitar problemas en los retenes de otras corporaciones.
Al término, Fonseca se dirigió a su residencia para sostener una reunión con Javier Barba, Abelardo Hernández, Ezequiel Godínez, El Mike, El Italiano, Felipe, Los Hermanos de Tierra Libre, Florencio Flores, López Romero, Duran, Serratos y Juan José Bernabé se discutieron actividades generales del narcotráfico.
Cuando salía de la residencia, Fonseca comentó que los políticos los habían abandonado y que este asunto de Camarena se había vuelto serio.
Al concluir su jornada, Lira declaró que dejó de trabajar para Fonseca.
 
rene verdugo 2Mexicalense condenado a 240 años más una cadena perpetua en EUA por caso Camarena 
Tras permanecer 27 años preso en cárceles de Estados Unidos por el secuestro y muerte del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar, un mexicalense solicitó la intervención del gobierno de México para obtener su libertad toda vez que es inocente de esos delitos y careció de un debido proceso.
Se trata de René Martín Verdugo Urquídez quien fue secuestrado en el puerto de San Felipe, en la zona del Mar de Cortez, meses después de la muerte de Camarena y del piloto Alfredo Zavala Avelar en la ciudad de Guadalajara, de acuerdo a un documento en poder de Lindero Norte.
Cuatro policías judiciales de Baja California y dos agentes estadunidenses lo interceptaron para someterlo y trasladarlo 200 kilómetro al norte hasta la frontera con Calexico, California, donde rompieron la malla que dividía a México con Estados Unidos y lo entregaron, vendado y maniatado, a agentes de la DEA y del FBI.
Allí empezó su periplo judicial en enero de 1986 con la acusación de haber ingresado de manera ilegal a Estados Unidos y ser responsable de destruir la malla fronteriza hasta la actualidad donde se encuentra en una prisión federal en Tucson. Arizona, “pagando una condena de 240 años más una cadena perpetua, por un crimen que no cometí, como consta tanto en las cortes norteamericanas como en las diversas instancias de justicia de mi país”
Al señalar que no existe una sola prueba que acredite de manera fehaciente su participación en el secuestro y muerte de Camarena, el mexicalense afirma que se “convirtió en un verdadero preso político, que ha sido sometido a una serie de injusticias y presiones que incluyeron en su momento mi total aislamiento en prisión a manera de tortura, para confesar un asunto del cual soy ajeno totalmente, por lo cual me estoy permitiendo solicitarle su intervención para poder recobrar mi libertad de la cual estoy privado sin justificación alguna”.
En una carta dirigida a Enrique Peña Nieto, advierte que nunca le respetaron sus derechos humanos “tomando en consideración que fui secuestrado en territorio mexicano y entregado a las autoridades norteamericanas quienes al no tener ningún cargo concreto en mi contra, me acusaron de haber cruzado la frontera en forma ilegal, causando daños a la nación por haber destruido parte de la malla divisoria, cuando lo cierto es que los agentes mexicanos y norteamericanos que me secuestraron, me introdujeron por debajo de la malla que divide ambos países”.
Agregó que jamás le notificaron al Consulado Mexicano en Calexico de su secuestro y, por lo tanto, no tuvo ningún tipo de defensa y mucho menos un intérprete cuando los secuestradores lo entregaron a los agentes de la DEA en la oficina de migración de Calexico para trasladarlo al Centro Correccional Metropolitano de San Diego.
“La única prueba que supuestamente me incrimina en este asunto, es que Michael Malone, perito encargado de la unidad de Cabellos y Fibras del FBI, “encontró” un cabello mío, el 12 de Abril de 1985, en el domicilio de Lope de Vega 881,de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, (dos meses después de que murió Enrique Camarena cuando ya se había remodelado y pintado toda la casa y cambiado las alfombras), donde supuestamente estuvo secuestrado”, dijo Verdugo Urquídez en su misiva al tiempo de señalar que con el tiempo Malone fue cesado de su cargo al trascender que sus métodos y testimonios en múltiples casos y en diversas Cortes por no ser confiables, según la edición del 16 de abril de 1995 del Wall Street Journal.
Verdugo informa a Peña Nieto que el Noveno Circuito de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América emitió en dos ocasiones resoluciones a su favor cuando declaró ilegal la manera en que fue detenido, pero el pleno de la Corte sostuvo que no existe dentro de los tratados de extradición una cláusula que prohíba textualmente el que se pueda secuestrar a un ciudadano extranjero en cualquier sitio del planeta. Para el mexicano detenido en Arizona esta definición sirve para justificar y continuar con esa práctica cuando así lo requieran las autoridades de Estados Unidos y da paso a los “caza recompensas” norteamericanos que viajan por todo el mundo para secuestrar personas por cualquier causa.
La mayor aberración es que el homicidio de Camarena, nacido en Mexicali el 26 de julio de 1947, se cometió en Jalisco y, por ende, debería ser juzgado en México pero su nombre no aparece como responsable ni sospechoso de ese homicidio en ninguna Procuraduría de Justicia, Juzgado o cualquier tipo de instancia de procuración o administración de justicia.
Tras recordar que una extranjera sentenciada fue liberada en México (no exonerada de las acusaciones en su contra) por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como varios mexicanos procesados, especialmente elementos pertenecientes a la más alta jerarquía de nuestro Ejército Mexicano, también obtuvieron su libertad en nuestro país, por violaciones a sus derechos humanos o porque no se llevó a cabo el debido proceso, pregunta: ¿no sería posible que ahora un mexicano preso injustamente en el extranjero obtuviera su libertad con los mismos argumentos? si los derechos humanos y el debido proceso son de aplicación universal y en este caso, señala, fue secuestrado, careció de auxilio del Consulado mexicano y su nombre no aparece en ninguna averiguación de las autoridades mexicanas, “ni siquiera como sospechoso y mucho menos como responsable”.
Le pide al presidente Peña Nieto que solicite por las conductos legales convenientes al presidente de los Estados Unidos Barack Obama se sigan los trámites pertinentes para obtener su libertad, en razón de ser un preso político.
Quien fue señalado por las autoridades como responsable de ese crimen, Rafael Caro Quintero, ya está en libertad, concluye el documento.

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  • […] both PRI politicians, sat near the open door to the room where Camarena was being interrogated to better hear what he was saying about their own collusion with […]

  • ya lo dice el viejo y conocido refran justos por pecadores

  • ———– LOS HERMANOS LIRA-GARCIA (sicarios al servicio de Don Neto y Caro Quintero), ANDAN QUE NO LOS CALIENTA EL SOL, POR HABER PARTICIPADO EN LA TORTURA DE RAFAEL CARO QUINTERO Y DEL PILOTO ALFREDO ZAVALA AVELAR.——————————————————-
    —–Fue determinante en la condena a RAFAEL CARO QUINTERO Y DE ERNESTO FONSECA CARRILLO (Don Neto), la declaración de dos de los…sicarios de Ernesto Fonseca Carrillo y Caro Quintero, que estuvieron aplicando tormento a Camarena, y al PILOTO Alfredo Zavala; se trata de los hermanos RAMON LIRA GARCIA, alias «El Ponchin», y LORENZO LIRA GARCIA, alias el «Witi».
    ——-El «PONCHIN» finalmente se acogió al programa de testigos protegidos de la DEA, y vive tranquilamente en en el Estado de California ( y periódicamente va de incógnito a Guadalajara a visitar a su familia).
    ——————————–Gracias a las revelaciones del PONCHIN. se conocieron todos los detalles y el nombre de los participantes materiales e intelectuales; del secuestro, tortura y muerte, del agente de la DEA; http://linderonorte.wordpress.com/2013/08/12/operacion-leyenda-caro-quintero-fonseca-verdugo-y-la-muerte-de-camarena/.
    —–LORENZO LIRA GARCIA, alias el «Witi», poco tiempo después escapo milagrosamente de una emboscada en el cruce de Niños Héroes y Lopez Mateos en Guadalajara, de parte de las bandas enemigas, donde perdió la vida su sobrino VICTOR MANUEL COMPARAN LIRA,, y un sobrino del Gobernador Enrique Alvarez del Castillo. Años mas tarde EL WITI, fue capturado junto con una banda de narcotraficantes, y paso varios meses en la penal de Puente Grande.
    ——Para la condena de RUBEN ZUNO, fue determinante la prueba que se hizo del ADN de unos cabellos que se encontraron en la casa donde fue torturado QUIKE CAMARENA y el piloto ZAVALA AVELAR; comparados con el ADN de Zuno y donde se demostró que pertenecían a EL.
    —–De manera que la condena de RAFAEL CARO QUINTERO, DE DON NETO Y DE RUBEN ZUNO, se debió tanto a las declaraciones de los testigos que participaron en la Tortura de Camarena y el Piloto Zavala Avelar, así como a la concordancia de la prueba del ADN.

  • […] both PRI politicians, sat near the open door to the room where Camarena was being interrogated to better hear what he was saying about their own collusion with […]

  • Un fuerte abrazo al sr rafael caro quintero que gusto me ha dado desde esa epoca y hasta hoy gozo y me cago d risa de la divertida que se dieron con el pinche chismoso arrastrado de el kikin camarena se merece TODO lo que le paso por pinche chiva pinches gabachos creen que pueden hacer lo que quieran al guey se lo cojieron y le gusto ojala que no descanses en paz ni tu familia tampoco

  • EN CONCLUCION LA CIA FUE EN FORMA CONJUNTA CON EL CARTEL DE GUADALARA QUIENES PARTICIPARON EN EL HOMICIDIO DEL AGENTE DE LA DEA CAMARENA.

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