• noviembre 15, 2018
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Columa Lindero Norte: El Trump que los mexicanos llevamos dentro; Del «Masiosare» a la estulticia

Jorge Heras
Mexicali.-De la noche a la mañana cambiamos de enemigo, ( primera similitud con Donald Trump) de dirigir nuestra ira y coraje contra el gobierno norteamericano por su trato indigno hacia nuestros paisanos, para redirigirlo a nuestros también vecinos ciudadanos centroamericanos, justificando la defensa de nuestro territorio de «delicuentes invasores».

La llegada de lo que apenas es menos del 10 por ciento de la Caravana de Migrantes que se espera lleguen a Tijuana, género reacciones de todo tipo en esta frontera, predominando los mensajes de odio y de un nacionalismo torcido, totalmente distorsionado.

Pero esto no es nuevo. Desde finales del siglo pasado tomábamos con gracia la frase: «Haz patria, mata a un chilango», ya después se nos dio por culpabilizar de todos los delitos a lo sinaloenses, y de la pérdida de valores a los guerrerenses, michoacanos y oxaqueños jornaleros y albañiles que vinieron a Baja California como mano de obra.

Solamente un dato: De acuerdo a información del Poder Judicial obtenida por Lindero Norte ( https://linderonorte.com/2018/01/15/ en-esta-decada-2-de-cada-3-imputados-por-delitos-en-mexicali-son-nacidos-en-bc/)
el 67 por ciento de los imputados por los más de 21 mil delitos cometidos en la capital del Estado desde la entrada del Nuevo Sistema de Justicia Penal a Mexicali, en agosto del 2010, son originarios de Baja California, es decir, 2 de cada 3 personas que fueron presentadas ante el Juez de Garantías por violentar la ley y códigos penales nacieron en uno de los cinco municipios de la entidad.

La noche de este miércoles 14 de noviembre pasará a la historia como el día en que los mexicanos del primer punto de la Frontera noroeste, ahí donde aseguran orgullosamente los tijuanenses que es donde empieza la patria, se armó una especie de autodefensa con un grupo de ciudadanos residentes de la exclusiva Delegación Playas de Tijuana se armaron de valor y con piedras defendieron su territorio.

A diferencia de lo sucedido en 2013 en la zona de Tierra Caliente, Michoacán y el área serrana de Guerrero, en donde las Autodefensas luchaban contra el narco y la corrupción policiaca y militar, aquí en Baja California se busca expulsar a los ya más de mil hondureños, salvadoreños, nicaragüenses y guatemaltecos que llegaron a Tijuana desde el pasado martes.

Sin pruebas más que FakeNews, testimonios de Facebook y vídeos de ciudadanos grabando basura y declaraciones fuera de contexto, a los centroamericanos se les acusa de pandilleros, faltos de higiene, drogadictos, flojos y hasta de asesinos y violadores.

Del «Masiosare» a la estulticia

Fueron más de un centenar de residentes de Playas de Tijuana que pasaron de manifestarse en las oficinas municipales exigiendo seguridad por la presencia de centroamericanos «en sus calles», para después agredir verbal y físicamente a los extranjeros que pernoctaban sobre el pavimento y áreas aledañas al Faro.

Como si se tratara de un llamado a guerra, nuestros connacionales totalmente orgullosos de su euforia patriótica, entonaron el himno nacional gritando a todo pulmón la estrofa «Más si osare un extraño enemigo, profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡oh Patria, querida! que el cielo,
un soldado en cada hijo de dio.»

Mientras repetían una y otra vez que no se trataba de discriminación o xenofobia, sino de «seguridad social y defender nuestro territorio», un grupo de bajacalifornianos que aseguraban ser de la “Autodefensa de la Guardia Nacional del doctor Mireles» llamaban a los centroamericanos más enardecidos por la situación a un encuentro a golpes para demostrar quien era mejor libra por libra.

Pero esto no se mantuvo únicamente en la vía pública de Playas de Tijuana, se extendió en los hogares de los bajacalifornianos, quienes a través de las redes sociales descargaban todo tipo de injurias contra los centroamericanos y hasta sobre los mexicanos de la Asociación Ángeles Sin Fronteras que defendían a los migrantes.

Por unas horas hubo un descontrol en todas las plataformas y escenarios porque un gran sector de mexicanos sacaron el Donald Trump que llevan dentro.

Todos los medios de Tijuana hicieron transmisión en vivo durante horas en redes sociales, grabando el tremendo espectáculo que armaron los mexicanos ante la mirada de todo el mundo que centró su atención desde hace más de un mes en esta caravana que inició caminando y entró a la fuerza por el Estado de Chiapas.

Se habla de que es una caravana atípica; sien embargo, desde hace más de un lustro, organizaciones estadounidenses de abogada y activistas organizan hasta dos veces por año movilizaciones de migrantes centroamericanos llamadas «Viacrusis del Migrante». Además, el éxodo de 20 mil haitianos que se registró en 2016 nos adelantó lo que se venía.

#TodosSomosMigrantes

En Baja California, la mitad de la población nació en alguno de sus cinco municipios y es reducido el porcentaje de habitantes de tercera generación con raíces locales, sobre todo en Tijuana.

En promedio 50 mil mexicanos son repatriados por esta frontera cada año y dentro de la matrícula de 600 mil alumnos de educación básica se encuentran 54 mil estudiantes extranjeros.

Esto nos debería ayudar a entender el fenómeno migratorio que se vive en esta entidad, en donde se carece de un presupuesto propio e instituciones o dependencias de gobierno para atender a los migrantes.

Un ejemplo sencillo que pone en contexto la realidad de las personas que han buscado en esta entidad un lugar para lograr su desarrollo personal y familiar es que ningún gobernador que ha tenido Baja California, desde Braulio Maldonado hasta Francisco Vega de Lamadrid, es nacido en alguno de los cinco municipios.

No obstante, ninguno mandatario estatal ha podido consolidar una política pública transversal que atienda el fenómeno migratorio que aumenta cada década.

De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística e Información (INEGI), en 2005, 128 mil 101 bajacalifornianos obedecieron su instinto nomada para mudarse a vivir, estudiar o trabajar a otra entidad de México; pero un lustro después, refiere el estudio oficial, llegaron a vivir a Baja California 154 mil mexicanos: por cada 100 personas vinieron 18 sinaloenses, 10 sonorenses, 9 de Chiapas, 7 de Jalisco y 6 de la Ciudad de México.

Varios factores son los que se han sumado al interés de los mexicanos por residir en Baja California, toda vez que desde hace una década los desplazados por la violencia y pobreza en otras entidades han incrementado el flujo migratorio; además de el éxodo de centroamericanos, haitianos, africanos y hasta rusos que buscan usar Tijuana y Mexicali como ciudades de paso para pernoctar mientras esperan entrevistarse con autoridades migratorias de Estados Unidos con la intención de obtener asilo.

¿Qué le podemos recriminar a Trump y sus agentes fronterizos, si en el fondo ante cualquier «amenaza» infundada actuamos igual en defensa de nuestra soberanía?.

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