Columna Cicuta: Pastosos y el General

Jaime Flores Martínez
Recluido en las instalaciones de la Subprocuraduría de Investigación contra la Delincuencia Organizada (SIEDO), el general Tomás Ángeles Dauahare ni se imagina que muchos de sus socios en Baja California están con los pantalones húmedos. El general Tomás Ángeles fue detenido el pasado día 15 en Cuernavaca Morelos para que responda por supuestos vínculos con el crimen organizado. La autoridad vincula el general Ángeles con la organización delictiva conocida como los Beltrán Leiva.
A mediados de diciembre del 2009, Arturo Beltrán Leyva conocido como “el Barbas” o “el Jefe de Jefes” fue acribillado por elementos de la Marina Armada de México, en un lujoso departamento localizado en el centro de Cuernavaca. Al general Ángeles le gustaba mucho acudir a Cuernavaca, Morelos.
El caso que nos ocupa es que algunos empresarios bajacalifornianos se pusieron muy nerviosos desde el arresto del general Ángeles. La adrenalina se trepó en aquellos que sostenían algún acuerdo comercial o empresarial con este general.
Se supone que ese nerviosismo aumentó al trascender que el general Ángeles se había entrevistado con su homólogo Mario Arturo Acosta Chaparro un día antes de su asesinato, es decir, el 19 de abril. Llama la atención que el general Ángeles hubiese sido detenido días después de ese encuentro. Las especulaciones invadieron los medios informativos.
El general Tomás Ángeles acostumbraba viajar a la ciudad de Tijuana para atender asuntos de un negocio donde aparentemente tiene intereses. Aunque es una información no confirmada, Cicuta conoció que Ángeles tiene sociedad con un empresario de ojos rasgados, sonrisa constante y nombre compuesto. Ambos están vinculados con un militar de altísimo nivel en Baja California, cuya reputación oscila entre la popularidad y el desencanto. Hace menos de un año, en julio del 2011,Tomás Ángeles pasó más de un mes en la ciudad de Tijuana, siempre acompañado de ese personaje de estatura baja, ojos rasgados e insolente comportamiento.
Acompañado por el general Ángeles, este hombre lo presumió orgulloso en restaurantes y pasillos de algunos edificios donde realizan negocios. Lo presentaba como subsecretario de la Sedena. La empresa en mención se denomina Sonae Ingenieria S.A de CV. y tiene como sede la Ciudad de Tijuana. Son muchas las opciones que ofrece a través de su portal de internet, entre los que destacan los servicios de seguridad privada. Efectivamente, el general Ángeles– si acaso no es socio de Sonai– si acudía con regularidad a reuniones de los propietarios.
La empresa ofrece servicios que van desde cuidadores de estacionamientos hasta  guardias de seguridad especializados o cuidadores. Las más sofisticadas técnicas para el mantenimiento de armamento no pueden omitirse. Se supone que este servicio fue ofrecidos al ex secretario de seguridad pública de Tijuana, Julián Leyzaola Pérez, quien ahora mismo ocupa ese cargo en Ciudad Juárez Chihuahua.
El asunto es que el minúsculo empresario y otro más de origen judío harto conocido en Tijuana, sostienen un vinculo empresarial en un consorcio donde el general Ángeles aparentemente ocupa un espacio.
Simpático, chaparrito y harto presuntuoso, el empresario en mención no tuvo empacho en divulgar que general Tomás Ángeles era parte fundamental en el Cuerpo de Seguridad Auxiliar del Estado de Mexico (CUSAEM), una empresa publica dedicada a rentar escoltas. Esta agencia de seguridad publica que funciona como privada depende del gobierno del Estado de México se sabe que CUSAEM alquila a unos 20 mil  guardias de seguridad, la mayoría de ellos con permiso de portación de arma de fuego expedida por el gobierno del Estado de México. Se calcula que –por este concepto– los ingresos son superiores a los Mil 300 millones de pesos anuales, una cantidad que nadie sabe dónde termina. Esos bolsillos están repletos.
Sobre este tema, el autor de esta columna informa que muchos de los guardias privados que custodian el Hipódromo Agua Caliente son traídos desde el Estado de México. La mayoría de sus oficiales portan un permiso para utilizar armamento avalados por Cusaem.
El dato resulta trascendente al recordar el escándalo generado después del arresto de el empresario Jorge Hank Rhon el 4 junio del año pasado. Elementos del Ejército penetraron a su domicilio donde incautaron un arsenal. A Hank se lo llevaron a México para que respondiera por el acopio de armas. Sin embargo, pasados unos días, fue puesto en libertad por falta de pruebas.
La realidad indica que los investigadores conocieron que esas armas habían sido incautadas por el Ejército Mexicano y posteriormente entregadas a los cuerpos de seguridad auxiliar el Estado de México. En otras palabras los mandos militares de Baja California tomaron las armas incautadas y se las entregaron a elementos policiacos que prestaban sus servicios como escoltas. Este escándalo generó que la Secretaría de la Defensa Nacional diera marcha atrás en su decisión de  no permitir que los gobiernos locales rentaran policías para realizar labores de escolta o de guardias en establecimientos comerciales o públicos.
Tanto escándalo alcanzó a personajes de altísimo nivel de la Secretaría de la Defensa, incluido claro el general Tomás Ángeles. Otros tantos militares comisionados en Baja California se encuentren con las manos empapadas de sudor desde el momento que el general Ángeles se encuentra arraigado.
Ni que decir del mentado empresario de Tijuana que explotaba en sonrisas al presentar al general Ángeles con bombo y platillo. Por cierto que ese pequeño empresario “se enterró” durante las últimas dos semanas. Está claro que desde julio del año pasado este hombre se mantiene alejado de Cicuta a quien –hace un año–reclamó por vincularlo en una sociedad con militares de alto rango en Baja California. Dijo que no era exacto. Afirmo que era más limpio que las manos del “señor de las ligas”. Cicuta visualiza que –en este asunto—rodaran mas cabezas.
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