- abril 4, 2013
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Columna Lindero Norte: Amantes del mismo Amor
*Narcotráfico y poder
*Historias encontradas
*¿De qué se ríe Ruffo?
Antonio Heras
La pregunta es exacta, justo cuando se concluye el proceso de redactar un reportaje sobre trata de personas en Baja California.
En el Valle de Mexicali hace frío por las noches y los búhos comienzan su monólogo nocturno, los perros ladran al ver conejos y chillan cuando detectan alguna víbora.
La llamada proviene de una reportera de la ciudad de México, tras la lectura obligada de libros donde se destacan vínculos del narcotráfico con los gobiernos locales:
¿Dónde están Claudio Ruffo, José Juan Sánchez Gutiérrez, Juan Francisco Franco Ríos, Jesús Enrique López, Antonio Carmona Añorve, Baldomero Juvera, Fernando Gastélum, Francisco Fiol Santana, Carlos González Félix?
¿Dónde los funcionarios señalados por el general Sergio Aponte Polito cuando era comandante de la II Región Militar, con sede en el cuartel de la calle 11 de Mexicali?
La de estos personajes tiene que ver con una historia que inició con los hermanos Arellano Félix en Tijuana y sus relaciones con adolescentes de familias ricas y, más tarde, con personajes que, de origen, pertenecieron a la nómina de los gobiernos de Baja California.
Unos desaparecieron sin dejar más que una huella indeleble en la sociedad, otros están presos enfrentando procesos judiciales y otros muertos.
Todos ellos cooptados por el crimen organizado en un periodo de 1989 a 2012 cuando gobernaron Ernesto Ruffo, Héctor Terán, Eugenio Elorduy y Alejandro González Alcocer.
A Tijuana la presidieron Carlos Montejo, Héctor Osuna, Francisco Vega, Guadalupe Osuna Millán, Jesús González Reyes, Jorge Hank Rhon y Jorge Ramos; a Mexicali, Elorduy, Víctor Hermosillo, Jaime Díaz, Samuel Ramos y Rodolfo Valdez.
En la actualidad y a punto de terminar su encomienda están Osuna Millán, Carlos Bustamante y Francisco Pérez Tejada Padilla.
Sobre Aponte Polito reitero que al ser servidor público federal al estaba obligado a presentar denuncia ante la Agencia del Ministerio Público de la Federación. De haberlo hecho, sería otra la situación jurídica de los implicados porque habrían enfrentado procesos o estarían sujetos a investigación. Pero el general sólo se limitó a una denuncia pública y quedarse en su laberinto.
La tenía, era suya y la dejó ir…
TIEMPOS
Eran otros tiempos, cuyas historias están escritas en periódicos de distribución nacional, sobre todo.
En la Jornada se brindaba a los corresponsales la oportunidad de descifrar la manera en que operaban los carteles de la droga, discurrir sobre los entornos, perfilar a los personajes. En la actualidad, se constriñó esta posibilidad y sólo se redactan los hechos, acaso la versión de las autoridades y un recuento por cuestiones de seguridad.
Ahí quedaron las letras de Aurelio Garibay Martínez (qepd), de Jorge Cornejo (actual operador de comunicación panista) y del suscrito durante su paso en dos periodos laborales en ese diario.
También están las historias sobre narcotráfico y poder de Jaime Flores en El Financiero, Lorenzo Garibay en el unomásuno, Atahualpa Garibay de La Crónica de México, Odilón García en Para Empezar, Juan Arturo Salinas en Grupo Imagen, Miguel Cabildo en Proceso, Rocío Galván, Manuel Cordero, Enrique Tellaeche y Dora Elena Cortez en El Universal, así como de Julieta Martínez, Jorge Rocha (qepd), Alfredo Ortiz, Rafael Morales, Aline Corpus y Miguel Cervantes de Reforma, Helga Casanova y Laura Tejeda en Univisión, Jesús Mauricio Manzo (qepd), Sergio Haro, Rosa María Méndez, entre muchos los corresponsales residentes en este Lindero Norte.
Hay otras generaciones de corresponsales como Said Betanzos, Alberto Elenes en CNN, Jorge Heras en Excélsior, Gabriela Martínez, Elsye López, Dulce Rodríguez en Milenio, Guillermo Arias en Xinhua, Jorge Lebrija en Telemundo, Jorge Dueñez de Reuters, Alejandro Cossio de AP y Laura Sánchez del Universal a quienes también les ha tocado documentar uno de los grandes flagelos de la sociedad y donde la nota roja llegó para quedarse, por asalto, en las primeras planas de los periódicos y en los resúmenes de noticieros de radio y televisión.
Son 25 años de historia regional narradas, en este caso, por corresponsales de medios nacionales, sin menoscabo de quienes la ha escrito en medios locales y regionales.
El boom de la cobertura fue en 1993 con la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y en 1994 del asesinato Federico Benítez y Luis Donaldo Colosio, a partir de ahí se abordó con mayor profundidad, se conocieron los nombres y entornos de los narcotraficantes, sus relaciones con los gobiernos estatales y municipales pues eran temas obligados.
Cuando despertó el monstruo, los corresponsales seguían ahí.
LOS XG
Son gobernadores emergidos del PAN.
Se reúnen en oficinas o restaurantes de la ciudad de México, todos los miércoles. Seguramente cada uno de ellos paga sus alimentos o hacen una vaquita ante la ausencia de quincenas o de compensaciones de salarios gubernamentales.
Como están las cosas prefieren ponerse el huarache antes de espinarse y declarar que no son ni forman parte de una corriente ideológica dentro del panismo, pero llama la atención es su deslinde “de cualquier acción pérfida o desleal que sea promovida contra el PAN de Baja California”.
Los convocados son Fernando Elizondo, Carlos Medina, Alberto Cárdenas, Francisco Barrios y Ernesto Ruffo, cuyo rictus en las fotos invita a preguntar ¿de qué se ríe?
A las reuniones no van lucen por su ausencia Vicente Fox, Alejandro González Alcocer y Eugenio Elorduy.