Columna Lindero Norte: Guerra intestina en el PRI

Antonio Heras
Luego que Fernando Castro Trenti, embajador de México en Argentina, abrió la caja de pandora del tricolor, las acusaciones mutuas de grupos rivales dentro del PRI se hicieron una constante durante todo el domingo, sin que amainara su presencia en medios de comunicación.
Carlos Barboza descalificó las acusaciones de Castro Trenti y lo acusó de mentir, además de ser uno de los privilegiados con las derrotas electorales del priismo bajacaliforniano al asegurar que ganaba al perder.
Barboza Castillo refrendó su intención de dirigir al PRI a partir de una visión de triunfo e innvovadora, alejada de la práctica de privar de las libertades a ese instituto político.
Eso no les gustó a los diablistas y arremetieron contra el exdiputado local.
Por la tarde, reviró el coordinador del grupo parlamentario del PRI en el Congreso local, René Mendívil, al asegurar que lo “menos que puede hacer Barboza, quien aspira a dirigir al PRI, es respetar las expresiones de su militancia y más de quién nos abanderó en el proceso” electoral de 2013 porque se “supone que también fue su candidato”.
El exdirigente estatal priista y coordinador de la campaña de Castro Trenti sostuvo que “no habría que dudar del gobernador” Francisco Vega de Lamadrid cuando aseguró que los funcionarios de su gabinete eran los que habían apoyado su campaña de proselitista. “Eso hace suponer que todos funcionarios priistas designados en el gabinete de Vega  apoyaron la campaña del PAN como confirma el gobernador, mientras los priístas apoyaban a Fernando Castro Trenti”, dijo.
En tanto, el exdiputado Julio Felipe García pidió evitar “caballos de Troya del phankismo, una alianza entre el gobierno estatal y una corriente política que trabaja para ellos” en el proceso de elección del dirigente de su partido.
Dijo que Carlos Barboza, como vocero del grupo Hank, carece de autoridad política como para condenar y cuestionar pues representa al grupo que provoca más vergüenza a los priístas, con un negro historial que ha llegado a procesos judiciales por diversos crímenes por lo que consideró que le hace falta “estatura política para censurar”.
García Muñoz criticó a Barboza por no haber ganado jamás una elección como candidato, “actuó con dudosa ética partidista cuando interpuso queja en los tribunales contra otro compañero de partido y fue sospechosamente beneficiado con placas de taxi durante el gobierno panista de Jesús González en Tijuana”.
Dijo que lo más grave de Barboza es que siendo diputado local, hacía los acuerdos bajo la mesa con el gobierno estatal y a través de otra legisladora de su grupo, votó con la bancada del PAN a cambio de nombrar a dos hankistas como consejeros de la judicatura, Andrés Garza y Carlos Jiménez.
En un comunicado, confirmó que efectivamente la traición al PRI es una inquietud que comparten los priístas de Baja California como causa principal del triunfo del PAN en la gubernatura del estado el año pasado.
Lo más curioso de la guerra intestina que vive el priismo local es que las acusaciones son mutuas, puesto que Castro Trenti tampoco ha ganado ninguna elección directa, durante el gobierno de Eugenio Elorduy fue señalado de brindar gobernabilidad al gobierno del PAN, de hacer acuerdos en lo oscurito con los seguidores de Gómez Morín y en 2007 de negociar la candidatura de Jorge Hank Rhon en beneficio del aspirante panista Guadalupe Osuna.
De mantenerse este ambiente de confrontación, los bajacalifornianos nos encontramos en la víspera de conocer los datos e informes de la caja negra del PRI como oposición en la entidad.
¿Se atreverán los priistas?
Ya lanzaron las primeras piedras.
Finalmente sus yerros (y esfínteres, pide el corrector de estilo que se anexe) le han dado al panismo la cartilla de identidad para mantenerse en el gobierno
¡Qué bonito domingo de «hombres necios que acusáis…!