- febrero 26, 2014
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En defensa propia, migrantes matan a dos traficantes en Tecate.
Antonio Heras
Proceso.com.mx
La verdad, los desarmamos y disparamos…
Son las voces de migrantes mexicanos que coinciden en narrar la manera en que se liberaron de sus secuestradores y extorsionadores en su intento por cruzar la frontera tras el pago de “polleros”, como se denomina en Baja California a los traficantes de personas.
Gritos y balazos en la zona serrana de La Rumorosa, a unos metros de la línea fronteriza entre México y Estados Unidos, alertaron a agentes de la Patrulla Fronteriza durante la tarde de este sábado y horas después capturaron a un grupo de siete migrantes en la zona agreste del Condado de San Diego, California.
Durante el trayecto, uno de ellos –Jorge- recibía apoyo de sus compañeros pues tenía alojada una bala en una de sus extremidades, y la expresión del resto del grupo era de huida para alejarse lo más posible de los “polleros” más que de la pobreza de sus lugares de origen.
Luego de permanecer cuatro días en un centro de detención en California, los migrantes fueron deportados el miércoles por los agentes estadunidenses por la Garita Internacional de Tecate. Allí los detuvo la Procuraduría General de Justicia de Baja California al estar relacionados con la muerte de los hermanos Édgar y Jorzan Bocanegra Zaragoza dos personas que al inicio se consideró que eran migrantes.
Jorge, Juan Martín, Cecilio Obed, Fernando, José Noe, Jesús Alberto y Ramón viajaron en avión a esta frontera desde poblados de Quintana Roo, Oaxaca y Guerrero donde contrataron los servicios de un grupo de traficantes de personas que les llevaría a diversos domicilios de Estados Unidos por La Rumorosa.
El sábado por la mañana iniciaron su travesía, a la altura del kilómetro 100 de la autopista Tijuana-Mexicali, pero al llegar a la línea divisoria fueron sometidos por los hermanos Bocanegra Zaragoza que extrajeron sus armas de fuego para solicitarle teléfonos de sus familiares en ambos países. Entre golpes, empezó la extorsión telefónica, hasta que uno de ellos aprovechó una distracción de los “polleros” que habían consumido droga y logró derribarlos. Empezó el forcejeo por las armas hasta que se escuchó un disparo, seguido de cinco más.
En medio de la zona serrana, en una de las rutas que tradicionalmente utilizan las redes internacionales de tráfico de migrantes, se hizo el silencio y el recuento: los “polleros” muertos y un migrante herido. Entonces decidieron huir a Estados Unidos.
Los agentes los trasladaron a la Agencia del Ministerio Público para enfrentar cargos por homicidio, pero al escuchar sus testimonios se decidió la no acción penal y ordenar su libertad por la “presunción de defensa propia”.
En esta área del país, los traficantes de migrantes aprovechan la escasa vigilancia de las rutas existentes en esta franja fronteriza para el cruce ilegal de personas con el propósito de retener a sus víctimas hasta que la familia pague por su liberación.
Datos de la PGJE señalan que los traficantes usan armas largas y son señalados de extorsionar, violar, agredir y asesinar a migrantes. “Uno de los problemas es que los migrantes no presentan denuncias, pues su prioridad es cruzar al otro lado y no meterse en problemas, aunque sean víctimas una y otra vez”, afirma una de las fuentes consultadas.
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