El control político de la UABC lo ejerce el exrector Mungaray: Solorio

Antonio Heras
Mexicali.- (Proceso) Detrás de la expulsión de la Universidad Autónoma de Baja California del maestro Daniel Solorio se encuentra la mano negra del exrector Alejandro Mungaray, quien es señalado de mantener el control político de la casa de estudios y hace tres meses dejó la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno panista de Baja California.
A dos años de su expulsión bajo el “disfraz de una rescisión laboral”, el abogado y profesor universitario “en el exilio” Daniel Solorio Ramírez se encuentra en espera que el actual rector Felipe Cuamea le brinde diez minutos para aclarar esta remoción inventada por “complacientes subordinados”, la cual se encuentra en litigio por despido injustificado.
“Muchos piensan que esa decisión de correrme no fue tuya, Felipe, sino de Alejandro Mungaray, quien mal asesorado por alguno de mis colegas de Derecho, ex-rector por cierto, -cuyas iniciales son ABC – te dio esas instrucciones movido por la loca creencia de que yo podría derrocarte por estar publicando hechos por demás rigurosamente ciertos” señaló en una carta pública donde le recuerda que en la realidad “no eras rector porque no alcanzaste los siete votos válidos en la Junta de Gobierno”, dijo al referirse a la asesoría del exrector Alfredo Buenrostro.
Ese es un hecho históricamente inobjetable, como bien tú lo sabes, pero hay un mar de distancia que mis publicaciones pusieran en riesgo tu estabilidad en el trono, le espetó en una carta publicada en el Observatorio Universitario.
Al asumir el rectorado, lo primero que hizo Mungaray fue decretar que los exrectores de la UABC recibieran en automático un salario vitalicio de maestros de tiempo completo y contar con oficinas en edificios universitarios para atender diversos asuntos, bajo el manto del Centro de Estudios Universitarios (CESUN).
El 13 de marzo de 2012, Solorio Ramírez fue informado por la Dirección de Recursos Humanos sobre la rescisión de su contrato como profesor universitario por instrucción del rector Felipe Cuamea, bajo el argumento de ausentarse de clases, pese a contar con listas de asistencia de sus alumnos.
Solorio es un catedrático crítico que fue abogado General de la UABC, candidato por más ocasiones de ocupar la rectoría y defensor de la libertad de expresión y la participación universitaria durante varias generaciones.
Luego de pedirle que le guarde sus salarios “porque a la postre” los va a necesitar, le confesó que  no la ha pasado mal por ser un abogado, cuyos generosos clientes le han hecho sobrevivir sin las percepciones otorgadas por muchos años de la Tesorería Universitaria.
“He intentado saber qué piensas tú, Felipe, pero no he podido averiguarlo. Muy poca gente te conoce lo suficiente. Nadie sabe bien a bien qué fue lo que te movió a expulsarme de esa manera tan poco elegante, y sobre todo tan poco digna de la máxima autoridad unipersonal de una casa de estudios superiores. Supongo que sabes que ante la desinformación pululan las teorías, las creencias, las habladurías” señaló,
De Mungaray señaló “su reconocida capacidad corruptora” y criticó la decisión de integrar a una de sus incondicionales en la Junta de Gobierno sin tomar protesta y, por ende, incumplir los requisitos de ingreso a ese cuerpo colegiado. Este exfuncionario estatal, advirtió, ya empieza a tender sus redes de corrupción para la sucesión rectoral entre quienes sigan sus instrucciones.
“Como bien tú sabes, se dice que tú sucesora será una dama ilustre, muy cercana a los afectos de Alejandro, rumor que pulula por los pasillos de UABC, pero en fin, eso a mí me tiene sin cuidado y supongo que a ti también: es cosa de Alejandro Mungaray y sus corifeos en la Junta de Gobierno”, comentó al tiempo de comentar que es evidente que con su “mano negra” sigue manejando los destinos de la casa de estudios estatal.
Solorio expresó que la expulsión es abominable, “no por mí, sino por tratarse de la UABC, una institución sostenida por los bajacalifornianos para educar y no para des-educar» y lacónico le dijo que de su parte no hay rencores personales por concederle finalmente unas largas vacaciones que le han permitido comprobar que también hay vida fuera de las aulas, “no tan divertida como adentro pero se vive y no necesariamente mal. Es cosa de aprender”.
Al final de la misiva le pide que le acepte un café una vez que entregue su cargo y le advirtió que “nadie será tan sincero contigo cuando dejes esa silla, como podría serlo yo” y le ofrece perdón por llamarle “rector”, pese a la ilegitimidad de su investidura.
Sucesión forzada
Cuamea Velázquez era el secretario de la UABC en la gestión del rector Alberto Estrella y a su conclusión fue promovido por Mungaray desde el gobierno estatal y al carecer de los votos suficientes en la Junta de Gobierno obligó a un consejero a renunciar y contar con mayoría para la designación que provocó reacciones encontradas por el control político universitario. Versiones periodísticas y académicas señalaron que Cuamea entró por la “puerta trasera” de la UABC.
Una de las propuestas para ocupar el cargo que ostenta Cuamea es la doctora Patricia Moctezuma, esposa de Mungaray, y el otro es el director de teatro Ángel Norzagaray, quien fue objeto de varios procedimientos administrativos sancionatorios cuando fue director del Instituto de Cultura de Baja California por contratar a uno de sus hermanos e incrementarse el salario y compensación, sin autorización del Consejo Directivo de la dependencia estatal.
La inhabilitación promovida por la Dirección de Control Gubernamental se encuentra archivada por instrucciones del exgobernador Osuna Millán, a pesar que es resultado de las observaciones de las Cuentas Públicas del Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado.
Más de una veintena de académicos han presentado demandas por despido injustificado durante la administración de Cuamea, las cuales han ganado y obtenido cada uno, en promedio, alrededor de 100 mil pesos.