Columna Sin Escalas: Diputados que merecemos…

Elvira Luna Pineda
De candidatos cercanos que dicen ser parte de la gente y estar entre ella, a diputadas y diputados lejanos de la ciudadanía. De candidatos carismáticos, bonachones y empáticos, a diputadas y diputados que sólo cuidan intereses partidistas al margen de los intereses ciudadanos.
¿Qué pasa en esa transición de querer ser y lograrlo? ¿Qué pasa cuando el sufragio ciudadano les  erige como gobernantes o legisladores? ¿Qué de malo tiene el voto ciudadano que convierte a personas comunes –al menos esa apariencia dan- en enemigos de las causas sociales –ejemplos sobran-.
Les comparto, que en muchísimas ocasiones que reflexiono, valoro y evalúo las políticas gubernamentales y el quehacer de legisladores –hombres y mujeres- así como sus resultados, me niego a aceptar la frase “Los pueblos tienen el gobierno que se merecen”, máxima idea con la que es recordado su autor Gaspar Melchor de Jovellanos, escritor, jurista y político español en la Europa del siglo XVIII.
Y es que en la antesala del proceso electoral 2015 en el que llevaremos a sus curules a 500 diputados –mujeres y hombres-, nuestra responsabilidad ciudadana debe tener un tacto agudo. No podemos cometer errores y seguir encumbrando a quienes no nos rinden cuentas, aun cuando nuestra historia reciente comprueba que la memoria social no existe o es flaca.
¿Por qué lo digo? Analicemos.
En los últimos años, cada vez con mayor frecuencia la sobremesa de cualquier hogar y la plática de cualquier café es ocupada por la frustración ciudadana en mayor medida, ocasionada por reformas que han acrecentado las crisis económicas históricas y actuales. Las conversaciones sobre los gobiernos opacos y mediocres y la actuación cuestionable de funcionarios es una constante así como el tema de la ciudadanía alejada de las urnas en forma por demás justificada ante candidatos y candidatas sin propuestas ni compromiso ciudadano. Los gastos desbordantes de campañas y disparidad en elecciones, diputados de lista y pluris que acrecientan la inconformidad ciudadana, son también un tema recurrente.Es por lo que algo no me “checa”.
¿Por qué si estamos como ciudadanía tan insatisfecha con quienes hemos llevado al poder, los mantenemos ahí y los seguimos encumbrando? En la actualidad existen en Baja California -para centrar el tema-, cantidad innumerable de regidores, diputados locales y federales, senadores, alcaldes, funcionarios de cualquier nivel y de cualquier partido, que no han necesitado –para nada- que exista la reelección o la ley antichapulín, ya que una ciudadanía laxa y distrída, que dice mucho pero vota poco, que grita más en redes sociales pero no cuestiona ni enfrenta a sus gobernantes, que recuerda menos y olvida pronto, se ha encargado, si quieren con su acción o con su omisión, de encumbrar y perpetuar a personas que nos han demostrado que lo menos que defenderán en el momento del debate y la decisión son los intereses de la ciudadanía.
Malos diputados locales que el voto popular ha convertido en legisladores federales, malos senadores que luego son alcaldes y viceversa, regidores que luego son diputados, gobernadores cuestionados que luego son senadores, así la lista es larga. Es por eso que en la antesala del 2015, me niego a llevar con mi voto en Baja California a ocho personas –hombres y mujeres- que no nos respondan, que no nos representen, que nos olviden y que cuando regresen nuevamente a pedir el voto, vea como una sociedad complaciente les asciende de nuevo. ¿Y tú, que harás con tu voto?
Yo, lo estoy pensando.
Para la reflexión, en esta ocasión obligado leer entrelíneas: “Somos víctimas de nuestras elecciones”.
mujerporlapaz@gmail.com
Elvira Luna, es ex Diputada integrante de la XVIII Legislatura Estatal y actualmente es Vicepresidenta Nacional de la Academia de Género de la CONCAAM