- febrero 3, 2015
- Sin comentarios
- 8 minutos de lectura
Me lo arrebató el agua: madre de Alexander
Gabriela Martinez/ La Jornada BC
Tijuana,- Sin pensarlo, se tiro al hueco del alcantarillado, alcanzo a tocar el bracito de Alexander pero se lo arrebató la corriente de agua.
Es la narración de la madre de un niño que el 28 de febrero festejaría su tercer cumpleaños. El problema es que esta desaparecido desde el primer día de febrero.
En Tijuana no existen muchas áreas verdes, menos aun en colonias populares, pero cuando sus habitantes encuentran un pedazo de tierra libre buscan la manera de recuperarlo para convertirlo en centro de recreación: la imaginación es el límite.
Ese domingo Iván Alexander cayó en una de las cuatro alcantarillas que se encuentran en un lote baldío, a unas cuadras de su casa en la colonia Guaycura.
Su caída fue a una altura de tres metros por un tubo de 30 pulgadas de diámetro en el que corren las aguas negras de cientos de casas de esa zona.
La alcantarilla desapareció hace tres meses, por lo que los vecinos protegieron la boca de la red de drenaje con una madera, luego que personal de la CESPT dejo inconclusa la reparación y sin sellar el pozo de agua.
De ese día, Laura Acosta Valenzuela, la madre de Alexander, recuerda que sus hijos jugaban en el terreno cuando miró caer al menor de ellos y por instinto, dice, se arrojó al drenaje para alcanzarlo, pero la fuerza del agua impidió que tuviera éxito.
“Caí, no sentí ni cuando me abrí la cabeza, allá apestaba, todo estaba oscuro. Uno no puede ver allí adentro, pero ni lo pensé, solo me tire y toqué su bracito… pero el agua me lo arrebató”, expresa.
La alcantarilla está ubicada en las faldas de un cerro, entre el fraccionamiento Quinta Marsella y la colonia Guaycura.
Desde que se construyeron las casas, los vecinos convirtieron ese espacio en un lugar donde los niños juegan fútbol y, en algunos casos, practican motocross.
Laura dice que no es el primer accidente en esas alcantarillas pues hace poco cayo una persona, aunque sin resultados letales.
“No es posible que no hagan su trabajo, en este momento lo que más quiero es encontrarlo pero… pienso y pienso en lo que debió pasar, en que si hubiera más atención o que si hubiera estado tapado, o no sé… Quiero encontrarlo, sano… no me importa otra cosa”, advierte.
Burocracia y omisión.
Lidia Durán ha sido testigo e, incluso, víctima de los problemas por el drenaje en esa zona de la ciudad.
Recuerda que el 22 de octubre pasado, la llegada de litros y litros de agua alarmaron a los vecinos del fraccionamiento. La basura colapso el sistema de alcantarillado, por lo que las aguas negras terminaron en los patios de las casas en lugar de seguir su curso por las tuberías.
“Inmediatamente llamamos a la CESPT y como tardaron mucho en llegar nosotros colocamos sacos con arena para recanalizar el agua que se salía de las alcantarillas ¡Mi casa estaba inundada!», recordó.
Los vecinos se organizaron y llamaron al número de emergencias y a la Comisión Estatal de Servicios Públicos pero solo obtuvieron la respuesta del conmutador. Una hora después, una persona respondió el teléfono y atendió el reporte.
Eran las seis de la tarde, casi cuatro horas después que inició el derrame de aguas negras, cuando los trabajadores terminaron de destapar las alcantarillas, sacar la basura y abrir la tierra en varios puntos del cerro.
“Señora ya nos vamos, fue lo único que me dijeron… yo les pedí que cerraran las alcantarilla pues era muy peligroso porque los niños juegan ahí todo el tiempo, me prometieron que iban a volver, pero no lo hicieron”, advierte Lidia.
Para evitar accidentes y ante la falta de dos tapas de metal,
los vecinos optaron por colocar madera y unas piedras encima del área.
Eso fue en octubre, y hasta el 1 de febrero cuando cayó Alexander a la alcantarilla, aun permanecían ahí.
Recicladoras copartícipes de la tragedia: autoridades
Casi 24 horas después del accidente, autoridades municipales y estatales convocaron a una rueda de prensa para informar detalles del operativo de búsqueda del menor de edad.
El director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), Alfonso Álvarez Juan, explicó a medios de comunicación que la alcantarilla por donde cayó Alexander estaba descubierta porque desde noviembre se robaron la tapa de metal.
Detalló que en octubre se recibió un reporte por el robo de la tapa y en noviembre colocaron un repuesto.
«Es un problema muy grave, apenas el año pasado tenemos información que se robaron el 5 por ciento de las tapas de metal, algo así como unas 2 mil… Es muy difícil estar en todas partes», indicó.
El secretario de Seguridad Publica Municipal, Alejandro Lares, responsabilizó a las empresas recicladoras que compran metal sin pedir documentos, ya que fomentan el robo de este tipo de materiales.
“Son lamentables las consecuencias de las acciones de las personas que se dedican a tomar lo ajeno, a robar prácticamente en este caso las alcantarillas, y aún más lamentable de quien las compra» expuso el jefe policíaco.
Otro problema para la CESPT es la falta de personal para monitorear la operación del sistema de alcantarillado pues son cerca de 40 mil registros de alcantarillas entre Playas de Rosarito y Tijuana, sostuvo el director de Operación de la paraestatal, Miguel Ángel Zavala.
Explicó que existe un área responsable de vigilar el funcionamiento, pero ante el rezago de trabajadores las zonas se dividen por Distrito para realizar las revisiones que pueden tardar más de un mes.
“Tenemos un programa de mantenimiento preventivo, los muchachos andan con las maquinas todo el año y cuando detectan un problema lo corrigen, como es el caso de las tapas. En un mes es muy difícil por la cantidad de personal que tenemos. Nuestras coberturas llevan más tiempo”, dijo.
Operativo, sin resultados
Tras la caída de Alexander, el cuerpo de Bomberos de Tijuana, socorristas de la Cruz Roja, técnicos de Protección Civil y policías municipales diseñaron un operativo para buscar al niño en algún punto de los 22 kilómetros del sistema de alcantarillado.
El director de Bomberos, Carlos Gopar Uribe, advierte que las posibilidades de encontrarlo son escasas.
El impacto al caer de tres metros puede resultar mortal para alguien que no pesa más de 30 kilos y mide menos de un metro.
En su caso, 89 centímetros, precisa la madre.
Otro elemento adverso es la falta de oxígeno en un espacio reducido por los litros cúbicos de aguas negras y la cantidad de basura concentrada.
“Tenemos que ser realistas pero, a pesar de todo, lo estamos buscando con vida, porque hasta no tener una prueba científica no podemos garantizar nada, ahorita la prioridad es encontrarlo a como dé lugar…”, asegura.
En 48 horas, el operativo se extendió a tres zonas: primero en la zona del Alamar, luego en la colonia Castillo y en Puente Negro y al final en Ojeda Robles.
“Hemos buscado en cualquier rincón, incluso encontramos un muerto que no estábamos buscando, hemos visto de todo durante el operativo, pero no vamos a escatimar, tenemos la esperanza de que la basura haya tapado algún tramo y que por allí se aloje el cuerpo, de lo contrario podría estar en cualquier parte”, advierte.
En la memoria de Laura gravita el brazo de Iván Alexander y la oscuridad.