El migrante que se suicido tras ser deportado había sido repatriado en tres ocasiones

*Guadalupe Olivas es uno de los 6 mil mexicanos deportados de EU por BC en 2017
Antonio Heras
Tijuana.- Durante tres lustros, Guadalupe Olivas Valencia, de 44 años de edad, fue deportado tres veces de Estados Unidos. La última fue el martes 21 de febrero cuando decidió quitarse la vida en la garita de Tijuana.

Este hombre es uno de los 6 mil mexicanos que han sido deportados por las garitas de Baja California durante 2017, el 65 por ciento de ellos los han regresado por Tijuana. En promedio 133 mexicanos son expulsados cada día de Estados Unidos por los puertos fronterizos de esta entidad del noroeste de México.

La oficina estadunidense de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) determinó su expulsión de California, donde fue detenido, por la frontera con Tijuana, donde tiene familiares. Según sus redes sociales, donde hay fotografías de momentos familiares, cruzó la frontera en más de cinco ocasiones durante 2014.

Originario de Los Mochis, Olivas Valencia era viudo desde el 14 de febrero de 2012, padre de dos hijos varones y de una mujer. Un año después fue de paseo a su lugar de origen para visitar la playa de Marivi, el 10 de agosto estuvo en Tijuana para despedir a sus hijos que viajaron hacia Sinaloa y antes visitaron el Parque Morelos. En octubre se reunió con

Regreso a esta frontera, detenido y conducido con esposas metálicas por agentes de la Parrilla Fronteriza que lo deportaron por la Garita Internacional de El Chaparral, a las 8:20 horas, según la constancia de recepción de mexicanos repatriados del Instituto Nacional de Migración (INM), versión que fue confirmada por el  delegado de Migración Rodulfo Figueroa.

Un agente de repatriación humana del INM le aplicó una entrevista para allegarse de elementos de convicción que se trataba de un hombre de nacionalidad mexicana ya que carecía de documentos de identidad. Para obtener su calidad de repatriado, el migrante dijo ser nacido en Sinaloa el 9 de octubre de 1971.

Salió del área migratoria, caminó hacia el puente peatonal hacia la Zona Norte (área de prostitución y giros negros de Tijuana) y se detuvo a la mitad del pasadizo elevado de 20 metros de altura para aventarse contra el pavimento.

Existen versiones de testigos que trataron de impedir que se lanzara al arroyo de la vialidad que su deportación se originó por la denuncia de una mujer y que estaba angustiado por la expulsión de Estados Unidos.